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10/01/2025 Clarín - Nota - Sociedad - Pag. 30
Los turistas en Florianópolis gastan sin hacer cuentas en supermercados, salidas y compras. También, en la playa. Al dólar planchado en Argentina se le sumó la devaluación del real.
Con precios por la mitad, volvió el "deme dos" de los argentinos en Brasil
FLORIANÓPOLIS. ENVIADO ESPECIAL Emilia Vexler evexler@clarin.com El menemismo tuvo su época de esplendor en Punta del Este, y la inmensa cantidad de argentinos que cruzaron el "charco" le dan a ese destino este enero un aire de deja vu. Pero Brasil también está generando en nosotros un revival de los '90. En Florianópolis se siente que volvió el "deme dos". El éxodo de visitantes de nuestro país se ve en las playas -en Canasvieiras hay que madrugar para conseguir un lugar en la arena- los supermercados, los restaurantes y los paseos de compras. Nada puede ocultar que esta es una "temporada fernet". Con el dólar planchado en Argentina y la devaluación récord del real (US$ 1 equivale a R$ 6), los turistas no convierten y se divierten. Es que saben que, con dólar billete o pagando en Pix, casi todo les resulta más barato. "Vinimos directo después de pasar unos días en Punta del Este, que este año está algo más accesible para los argentinos, y podemos comparar y decir que en Brasil todo está muchísimo más barato que nuestro país. Todo cuesta la mitad", dice a Clarín Paulina Figueroa. Es de Catamarca y contesta en la noche de Jureré Internacional, la zona más top de Florianópolis, mientras juega con su familia a los dados. "Una muy buena compra en el super, para siete personas, nos salió $ 130.000 argentinos nada más. Con esa plata en Argentina no comprás nada", acota su mamá. A unos metros se mueven las cortinas etéreas de un exclusivo y nuevo restaurante que ofrece cenar frente al mar, a un precio que sería imposible en Buenos Aires con el mismo de lujo. Fettuccini di mare más dos cervezas a R$ 163 (27 dólares). En Florianópolis se puede cambiar en caixas de cambio (por un dólar dan 5,60 reales), y hasta en supermercados, donde la cotización es apenas menor: 5,50. En el centrinho, Clarín vio, incluso después de las 8 de la noche, filas para trocar. Acá nadie quiere pasar la tarjeta. Por el recargo del 30% que el Gobierno de Javier Milei mantuvo como anticipo de Ganancias y Bienes Personales, es la forma más cara de pagar. Conviene el cash. En los supermercados, al momento de llegar a la caja, aunque hay bastante demora, todo es alegría. Como muchos turistas más, Ana, que tiene 24 años, llena el changuito casi sin mirar. "Vivo sola en Buenos Aires, así que soy de hacer las compras. Por lo que vi, acá se paga un tercio de lo que sale comprar comida en Argentina", compara. Francesca, que está con ella, coincide en que "se nota un montón la diferencia con lo que cuesta todo allá". Las amigas usan Pix para pagar (el sistema de pagos instantáneos del Banco Central de Brasil que habilitaron algunas billeteras electrónicas de Argentina y permite pagar sin recargos) y la única complicación que encontraron al abonar, como muchos argentinos, es que el lunes la app Belo estuvo interrumpida varias horas. La diferencia se siente en las bebidas, como la cerveza. Mientras la Corona de 330 cc está en oferta en nuestro país a $ 2.042, en ese destino turístico brasileño está el equivalente a $ 1.500. La energizante Red Bull de 250 cc está en Argentina no menos de $ 2.591, y en Floria nópolis se consigue por menos de 10 reales, poco más de un dólar. También los supermercados brasileños tienen más económica la Coca-Cola de 2L, a 11 reales o US$ 1,80, cuando en Buenos Aires no baja de $ 3.420. Si volvemos, pero de día, a la playa de Jureré, hay otro "dame dos". Nadie elige entre el choripán o el choclo. "Los argentinos piden los dos, a la vez. Están gastando mucho más. Se fijan menos", dicen a este diario los vendedores de estos clásicos veraniegos. El que se come entre panes, con lechuga y salsas, está 25 reales (US$ 4), y el que se come con manteca está 15 reales (US$ 2). En playas más populares de Brasil, en los paradores las hamburguesas completas con papas fritas se consiguen por $ 10.000 (60 reales), y en Pinamar no bajan de los $ 15.000. La cerveza es otro punto a favor de Brasil no sólo en el super, sino también en bares y paradores: un porrón está $ 3.000 (18 reales), y en la Costa Atlántica no baja de $ 4.500. "El paquete para venir a Brasil me salió 700 dólares. Valió la pena porque acá todo está regalado, en el centrinho de Florianópolis te podés comprar la ropa que querés, llenás la valija. En la Costa no te alcanza ni para una malla", dice Pablo Berrios (43), que es de Caballito y le señala a una vendedora de camisetas que quiere "esas dos". Los pareos de calidad intermedia están 60 reales, $10.000, y en Pinamar no bajan de $ 25.000. Las bikinis, fabricadas en Brasil, cuestan desde $ 30.000, y en Argentina eso vale sólo la mitad del conjunto. Pero la comparación imbatible es el costo de la sombrilla. En Canasvieiras está, en promedio, 60 reales, $ 10.000, y en la costa se pide $ 40.000. En los paradores más selectos, hay que desembolsar más de $ 100.000. Aunque, hay que hacer la salvedad, los argentinos ofrecen mucho más servicios que los brasileños, que sólo incluyen el uso de los baños.
Tragos en la playa. Los Figueroa llegaron desde Catamarca y se instalaron en Jureré. FOTOS: MARTÍN BONETTO
En el super. Ana, Francesca y Katerina, tres amigas argentinas.
Menciones:
64pe
#98972470 Modificada: 10/01/2025 07:08 |
Superficie artículo: 846.15 cm²
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